martes, 11 de agosto de 2015

Tras los pasos de les histories de güelito...

Son muches les histories que nos contaba mi güelu de la guerra civil. Y entre elles, estaben estos dos sitios: el peñón de la degollada, en Areñes y el Pozu Funeres, en Nava. Hubiera gustaume volver a casa y decite que estuve en ellos y que nos contases otra vez les tus batalles y lo que tu viviste...



El peñón de la degollada, cerca de les antenes de Grandes Llanes, yo siempre lu imaginé enorme, gigante,... ¡coño güelito! menuda piedruca! Cuando me lu enseñó mamá dije que no podía ser eso! jijiji. Según contaba Perico, estaba afuracau de tiros y algún paisano mataron ahí. Yo muchu no me acerqué, que estaba rodeau de felechos con cabarres. Bueno, mi madre tampocu colaboró muchu pa que lo hiciera...
Un paseo muy guapu recordando les dos a güelito...

El Cuetu (parte alta de Areñes). Al fondu a la izq la Sierra del Sueve. A la derecha, a lo lejos, El Oteru, Lozana y San Vicente.

Mamá en La Acebedal

Pista a les antenes

El peñón de la degollada

La Sierra de Ques




Oscureciendo en Areñes



Otru de los sitios más mencionaos de mi güelu y ya no sólo por la historia, sino porque se acercó un día hasta alli caminando desde les Faedes y quiso morrer (no sé si sería por la moña que pillaría en Breza y luego tener que bajar pa la cabaña de noche!). Dijo que non volvía más allí en la vida... Y que probes los que acabaron ahí...

En los años cuarenta pasaban cosas en Asturies que ya nadie cuenta

Una de las mayores atrocidades de la represión franquista en Asturies se produjo, el 13 de Abril de 1948, en el Pozu Funeres (Laviana). Allí fueron fusilados veintidós militantes obreros y arrojados, aún vivos, al interior de la fosa. Algunos sobrevivieron al amortiguar el impacto de la caída, de más de veinte metros, con los cuerpos destrozados de sus compañeros de infortunio. Los gritos de dolor de los moribundos aterrorizaron durante varios días a los habitantes de la comarca minera, supervivientes de una doble represión histórica; la de la Comuna de 1934 y la de la Guerra Civil, en 1938. Aquella masacre fue perpetrada por los cuerpos represivos franquistas, bajo la impunidad legal de un régimen impuesto al ganar la guerra.

A principios de abril de 1.948, la guardia civil junto a militares y somatenes de la zona de Laviana, iniciaron la captura de trabajadores de dicha comarca. Las detenciones se realizaron en sus respectivos domicilios y lugares de trabajo, principalmente por la noche, llegando a detener a veintidós obreros. El número no se puede precisar con exactitud, porque las "Desapariciones" eran frecuentes en aquella época, sin que hubiera otra información que la del boca a boca.

Durante cuatro días los sicarios recorrieron la montaña, descendiendo por la noche al valle. Apresaban a sindicalistas y los conducían al monte, donde los encerraban en cabañas de pastores. A algunos los sacaban de sus casas. A otro lo detuvieron a la puerta de la suya cuando salía para ir a la mina, su mujer le escuchó maldecir y no volvió a saber de él. Así se fue formando una lúgubre cuerda de presos. Por la noche, los somatenes bajaban a la Hueria, El Entrego, Sotrondio y Barredos y regresaban con sus detenidos. Durante el día, los mantenían encerrados en las cabañas y por la noche caminaban en dirección a la zona del Pozu Funeres. Reunidos en una cabaña, el 13 de abril de 1948 fueron conducidos al pozo, dónde fueron torturados hasta casi morir. Ante la sima, los veintidós fueron asesinados a tiros y arrojados a su interior. Algunos quedaron malheridos, por lo que sus voces se escucharon durante varios días llenando de espanto las campas. Los asesinos arrojaron cal al interior aumentando el sufrimiento, por abrasión en las heridas, de los que aún no habían muerto. Un pastor que escuchó los gritos, cada vez más débiles, convertidos finalmente en gemidos, se volvió loco. Enterados de las voces, los de la brigadilla volvieron al pozo, arrojaron a su interior gasolina, arbustos encendidos y dinamita; suponiendo el asunto zanjado. Durante algún tiempo, no permitieron el paso por aquellos parajes a ningún visitante, ni siquiera a los habituales pastores de la zona.

El Pozu Funeres es conocido en las tierras de Laviana, desde la Edad Media, como un lugar tenebroso. Se solía arrojar a sus profundidades reses muertas, y quién sabe si a personas víctimas de oscuras venganzas. Se relacionan con él leyendas medievales de asesinatos y que por lo general, van unidas a fundaciones de capillas expiatorias en el entorno. Pero no ocurre así en el Pozu Funeres, que siempre presentó un aspecto siniestro. Visto el abismo que se abre en él, no es para menos. Podría ser una de las puertas del infierno. Acercarse al pozo y mirar hacia abajo sobrecoge. En lo alto de una montaña, un agujero se abre en dirección al centro de la Tierra. Según se decía, si se arrojaba una piedra al pozo se escuchaba su caída interminable, rebotando en las paredes rocosas y, después, se oía un chapoteo de aguas. Esta leyenda pretendía señalar que el Pozo Funeres llega hasta el mar. 

En realidad es una sima natural de unos veinte metros de profundidad, situada en la ladera oeste de Peña Mayor, cerca del valle del Nalón. En el borde mismo del pozo, negro y estrecho, como cortado a pico; hay un tejo con las raíces al aire. Inmediatamente debajo de éste, en la pared de la sima, una placa de bronce recuerda a los mártires...


Salimos de Les Praeres en dirección a la caseta de incendios, pa seguir por la pista.


Siguiendo la pista y después de pasar el albergue de Fayacaba, llegamos hasta esti cartel

Campa Gües



La cabeza de Justo asomando al lau de Pozu Funeres. Hasta que no estas al pie, no se ve.



Arrespiga el estar aquí...



... y el silenciu que rodea a esti sitiu... Otra cosa que siempre decía mi güelu y me preguntó mi güela al llegar a casa, que no había ni una piedra alrededor del pozu. Y ye ciertu. Justo fue a buscar una lejisimos pa tirala. Impresiona lo que tarda en tocar fondu. 

Seguimos la ruta. Esta vez hasta el Collau de Breza y Picu Tremes (en les antenes).



Tenemos que apurar el pasu... vien agua por Nava


El siguiente será el Picu Texu (1.254 m.). Peculiar cumbre con una guitarra de fierru en memoria del cantante de tonada asturiana «El Presi ». A esti conocialu por el mi padrin Daniel, que y gustaba muchu la tonada. Otru buen recuerdu.








Por el camin cojo algo de manzanilla pal mi nenu que y encanta





Y el Picu Peñamayor. Onde hacía años que había subiu pero por otru sitiu. Cumbre perguapa y asturiana!






Ya solo nos queden les antenes de Peñamayor y volver a Les Praeres


Y en toa ruta, no puede faltar la fartura y si ye de cachopu, mejor que mejor! Ahora comía ún! Haya salú!


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